mayo 8, 2025

¿Cómo actúa una bebida energética en el cuerpo?

Por admin

Las bebidas energéticas ofrecen un efecto estimulante rápido, lo que las hace populares en muchos entornos. Actúan sobre el sistema nervioso, aumentando la concentración y reduciendo la fatiga momentáneamente.

Sin embargo, su consumo frecuente puede alterar el ritmo cardíaco, elevar la presión arterial y afectar el sueño. Investigaciones recientes advierten sobre sus riesgos, especialmente en adolescentes y jóvenes, quienes son los principales consumidores de estas bebidas.

De la toma al estómago

Cuando se consume una bebida energética, sus componentes comienzan a ser absorbidos rápidamente en el estómago y el intestino delgado. En apenas diez minutos, la cafeína ya circula por el torrente sanguíneo, lo que provoca un leve aumento en la presión arterial y eleva los niveles de adrenalina. En esta fase, muchas personas experimentan una sensación inicial de energía o concentración, aunque este efecto aún no ha alcanzado su punto máximo.

La rapidez con la que se absorben estos compuestos varía según ciertos factores, como si la persona ha comido previamente, su ritmo metabólico o el grado de tolerancia que tenga a la cafeína. Junto con este estimulante, entran en juego otras sustancias como la taurina y los azúcares, que intensifican el efecto energético del producto. Estos ingredientes actúan de forma complementaria, generando una respuesta más prolongada o intensa dependiendo del organismo de cada individuo. Por todo ello, el impacto de una bebida energética puede ser distinto para cada persona, aunque la mayoría siente sus primeros efectos en muy poco tiempo.

Periodo posterior al consumo y pico máximo

Alrededor de 30 a 45 minutos después de ingerir cafeína, se alcanza su máxima concentración en sangre. En ese momento se manifiestan con mayor intensidad sus efectos estimulantes: aumento de la atención, reducción de la fatiga, aceleración del ritmo cardíaco y una sensación general de euforia. Estos efectos son más notorios en personas que no están acostumbradas a consumir cafeína en grandes cantidades, quienes también pueden experimentar síntomas como temblores, sudoración o una sensación de inquietud.

Este pico de acción de la cafeína coincide con la mayor liberación de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor fundamental en los circuitos de recompensa y placer. Por ello, muchas personas tienden a vincular las bebidas con cafeína con un estado de ánimo mejorado o un impulso motivacional, especialmente en situaciones de agotamiento o tedio. Esta asociación emocional puede llevar a que su consumo se vuelva habitual, convirtiéndose en una estrategia para enfrentar el cansancio o mantenerse activo en momentos de baja energía.

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Efectos residuales 

Cuando el efecto inicial de la cafeína desaparece, su presencia en el cuerpo continúa influyendo en el organismo. Su vida media oscila entre 3 y 6 horas, aunque en personas con mayor sensibilidad, mujeres embarazadas o quienes consumen ciertos medicamentos, este tiempo puede alargarse. Durante este periodo, es posible seguir experimentando signos como inquietud, insomnio o palpitaciones, a pesar de que la sensación de energía haya disminuido.

Por otro lado, las bebidas con alto contenido de azúcar provocan una rápida liberación de insulina, lo que a su vez puede causar una bajada brusca de glucosa en sangre. Esta caída repentina puede generar efectos como cansancio, mal humor o un aumento del apetito. En el caso de los productos sin azúcar o “zero”, este fenómeno no ocurre del mismo modo. Sin embargo, aún se están estudiando los posibles efectos de los edulcorantes artificiales sobre el metabolismo, por lo que no se descarta que también puedan tener alguna influencia en el organismo.

Así, tanto la cafeína como los componentes adicionales de las bebidas energéticas o refrescos pueden tener repercusiones que van más allá del momento del consumo. Es importante tener en cuenta estos efectos residuales para comprender mejor cómo afectan al cuerpo incluso horas después de haber sido ingeridos.

¿Cómo es el efecto al día siguiente?

El consumo excesivo de bebidas energéticas puede tener efectos que se extienden más allá de las horas posteriores a su ingesta. En personas que toman varias dosis o las mezclan con alcohol, es común experimentar síntomas al día siguiente como cansancio persistente, dolor de cabeza, falta de hidratación o dificultades para dormir. Estos efectos secundarios pueden afectar el bienestar general y el rendimiento diario.

El abuso de estas bebidas puede volverse contraproducente. Con el tiempo, el organismo se adapta y requiere mayores cantidades para lograr el mismo nivel de energía. Esta situación genera un ciclo de consumo continuo que puede llevar a desarrollar una alta tolerancia a la cafeína. En algunos casos, incluso puede surgir una dependencia psicológica, dificultando la reducción del consumo. Este patrón de uso sostenido representa un riesgo para la salud física y mental, especialmente cuando no se controla o se desconoce su impacto a largo plazo.

Se debe consumir con responsabilidad

Las bebidas energéticas pueden resultar útiles en momentos puntuales, como para mantenerse despierto durante largas jornadas laborales o mejorar el rendimiento físico. Su existencia responde a necesidades reales, pero su consumo debe hacerse con responsabilidad, ya que afectan de forma directa al organismo. Tomarlas sin moderación o sin conocimiento puede generar efectos negativos para la salud.

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Empresas como gryphondrinks.com están impulsando una nueva generación de bebidas energéticas más saludables. Estas fórmulas incluyen menos azúcar, cafeína de origen natural y adaptógenos como el ginseng, buscando ofrecer energía sostenida sin provocar efectos secundarios intensos. A pesar de estas mejoras, es esencial leer las etiquetas, conocer los propios niveles de tolerancia y evitar mezclarlas con otras sustancias estimulantes. La elección consciente y moderada es fundamental para aprovechar sus beneficios sin poner en riesgo el bienestar.

¿Cómo afecta a largo plazo la bebida energética?

El consumo excesivo de bebidas energéticas puede provocar problemas cardiovasculares, ansiedad, trastornos del sueño y alteraciones metabólicas. Aunque tomarlas de forma ocasional no suele ser peligroso para personas sanas, su uso frecuente representa un riesgo importante para la salud. Muchas personas creen que son inocuas por su venta libre, lo que genera una falsa percepción de seguridad. 

Esta creencia es especialmente preocupante en adolescentes o en quienes padecen hipertensión, arritmias o trastornos del ánimo, ya que los efectos pueden ser más severos en estos grupos. Otro aspecto preocupante es la combinación con alcohol, ya que la cafeína puede ocultar los efectos del alcohol, lo que aumenta el riesgo de tomar decisiones peligrosas o conducir bajo los efectos de la bebida.