12 alimentos prohibidos para el bocio
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Qué es el bocio
Consiste en el agrandamiento desproporcionado de la glándula tiroidea, que externamente puede evidenciarse como una protuberancia en la parte inferior del cuello. La tiroides está encargada de la producción de las hormonas T3 y T4, que regulan diversas funciones en el organismo.
El bocio puede ser de tipo difuso cuando el aumento de tamaño de la tiroides es global, mientras que es nodular cuando se forman nódulos en distintas regiones de la glándula. Por otra parte, al tener bocio, la tiroides puede funcionar normalmente o presentar hipotiroidismo o hipertiroidismo.
La causa más frecuente de la aparición del bocio es la falta de yodo en la dieta, particularmente porque no se consume sal yodada. Cuando hay una adecuada suplencia de yodo, puede deberse a deficiencias en el funcionamiento de la tiroides.
La presencia de bocio es mucho más común en mujeres que en hombres, aumentando su incidencia en un 60% en mujeres mayores de 60 años. Aunque el principal síntoma del bocio es el agrandamiento de la tiroides, se pueden presentar otros, como:
- Comprensión en la garganta y dificultad para tragar, principalmente los alimentos sólidos.
- Dolor en la zona donde se ubica la tiroides y dificultad para respirar, principalmente al tumbarse boca arriba o levantar los brazos.
- Tos, ronquera y afonía.
Características de una dieta para el bocio
Una de las principales causas del bocio es la falta de yodo, ya que el organismo no es capaz de producir este elemento esencial. La principal fuente de este microelemento es la sal yodada y solo media cucharadita cubre los requerimientos diarios de una persona.
No obstante, puedes aumentar el consumo de yodo si tienes bocio causado por la falta de este mineral, consumiendo determinados alimentos. Los pescados y mariscos son especialmente ricos en yodo, por lo que deberías consumirlos al menos cuatro veces a la semana.
También es recomendable incluir algas marinas en tu dieta así como frutas y vegetales cultivados en suelos ricos en yodo. Los lácteos en general también tienen una buena suplencia de yodo, pero prefiere los bajos en grasas, para evitar aumentar de peso o subir los niveles de colesterol.
Igualmente, incluye en tu dieta cereales como la avena y el centeno al igual que las patatas, los cuales son ricos en el mineral. Las mujeres embarazadas y en período de lactancia, deben aumentar el consumo de yodo porque sus demandas son mayores.
Sin embargo, si tu bocio está asociado al hipertiroidismo, debes evitar estos alimentos ricos en yodo a fin de no agravar el problema. Lo más conveniente es consultar al médico a fin de que determine la causa del bocio y recomiende el tratamiento y dieta más adecuados.
Debido a que la alimentación es fundamental para reducir el riesgo de sufrir bocios, así como para el tratamiento de los problemas de tiroides, resulta esencial conocer qué alimentos deben ser evitados.
Soja
La soja y sus derivados como la soja texturizada, el tofu o la bebida vegetal de soja interfieren en el funcionamiento de la glándula tiroides.
Las isoflavonas de la soja modifican la función de la glándula tiroides, especialmente en aquellos pacientes con deficiencias de yodo. Como consecuencia, se bloquea la secreción de las hormonas tiroideas.
Además, la soja contiene dos bociógenos: genisteína y daidzeína. Ambos relacionados con el hipotiroidismo.
Por ello, los alimentos con soja deben consumirse en pocas cantidades y ser orgánicos y fermentados: tempeh, miso, salsa de soja, etc. Estos alimentos, correctamente fermentados, pueden ser un buen aporte a la alimentación para pacientes de bocio.
Cebolla
Las cebollas contienen dos bociógenos: quercetina y propil disulfuro. La quercetina minimiza la actividad de la tiroperoxidasa, una enzima que normalmente se encuentra en la glándula tiroides y juega un papel importante en la producción de hormonas tiroideas.
El consumo de cebolla también puede perjudicar a la actividad de una segunda enzima, la deiodinasa hepática, requerida para activar la hormona tiroidea.
Una opción recomendable es hervir la cebolla, pues su cocción reduce la cantidad de estos bociógenos, beneficiando así al paciente de bocio.
Coles
Brócoli, coliflor, berro, nabo, colinabo, coles, coles de Bruselas, kale, rúcula y rabanito también contienen compuestos de efecto bociogénico. Como se comentaba anteriormente, estos compuestos naturales interfieren en la absorción del yodo y, si el organismo no dispone de yodo, la tiroides no puede producir hormonas.
En caso de bocio conviene tomarlos moderadamente y siempre cocinados, pues los goitrógenos pierden actividad cuando se cocinan los vegetales.
Mijo
El mijo no es un alimento muy típico en nuestro país, aunque, cada vez es más popular. Los mijos son un grupo de cereales de semilla pequeña con un alto contenido proteico, además de hierro.
Sin embargo, el mijo contiene flavonoides bociogénicos que reducen en gran medida la actividad de la tiroides. Por ello, no se recomiendan en pacientes de bocio.
Café
El café, pese a ser un buen estimulante para la concentración, interacciona con diferentes fármacos impidiendo su absorción, así como con algunos suplementos de hierro y calcio.
Además, de impedir la absorción de algunos medicamentos destinados a combatir el hipotiroidismo, la cafeína puede afectar a la glándula tiroides impidiendo su correcto funcionamiento. En pacientes de bocio, se recomienda cambiar el café por infusiones.
Ultraprocesados
Los alimentos súmamente procesados contienen grandes cantidades de azúcar, grasas saturadas y conservantes. Todos estos componentes los hacen perjudiciales para las personas con esta patología. Por un lado, las calorías pueden contribuir al aumento de peso y, por otro, las grasas y azúcares pueden impedir la absorción de los medicamentos para el bocio.
Además, deben eliminarse de la dieta los embutidos procesados, pues son ricos en nitritos, nitratos y otras sustancias que dificultan el funcionamiento de la tiroides.
Cacahuetes
Los cacahuetes también poseen goitrógenos, sustancias naturales que interfieren con la función de la glándula tiroides. Estos alimentos, por tanto, se deben tomar siempre con precaución, con moderación y pelados.
Hígado
El hígado contiene ácido lipoico, cuyo consumo regular puede interferir con los fármacos para el hipotiroidismo. Por lo que, los expertos aconsejan evitar las carnes con hígado si se padece de bocio.
Azúcar
Debido a la relación entre el bocio y la tiroides, es conocido que la glucemia suele ser muy inestable cuando se sufre de esta patología. Cuando se mantiene en el tiempo, puede acabar produciendo una resistencia a la insulina.
Cualquier ingesta excesiva de azúcares puede desequilibrar la glucosa en sangre. La bollería, los dulces y los helados deben eliminarse de la dieta.
Tampoco es recomendable sustituir el azúcar blanco por el integral o la miel, pues pueden seguir afectando los niveles de glucemia. Como alternativa saludable, está la estevia, que puede usarse como endulzante natural.
Gluten
Otra relación que ha sido señalada por diversas fuentes médicas es la de la sensibilidad al gluten y afecciones tiroideas. Existen estudios que demuestran que el organismo ve al gluten como un antígeno y fabrica anticuerpos que pueden afectar a la tiroides.
Además de este problema, el consumo de cereales con alto contenido de gluten también puede dificultar la absorción de los medicamentos de reemplazo de la hormona tiroidea.
Por este motivo, muchos expertos aconsejan eliminar el gluten de la dieta durante una temporada para ver si se percibe una mejoría.
Aceites vegetales refinados
Los aceites vegetales refinados pueden perjudicar al paciente de bocio al bloquear la producción de las hormonas tiroideas, su transporte sanguíneo y la utilización de las mismas por las células.
Además, los aceites de girasol, soja y maíz incrementan la inflamación en la glándula tiroidea. El aceite de oliva virgen extra es el más recomendado por los nutricionistas por su estabilidad al calor y por sus características nutricionales.
Agua fluorada
El flúor puede promover la deficiencia de yodo, agravando los problemas de bocio y la dificultad de producir hormonas tiroideas.
Por ello, se recomienda consumir agua embotellada o a través de filtros para reducir la cantidad de este mineral.