12 alimentos prohibidos para la intolerancia a la lactosa
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Qué es la intolerancia a la lactosa
Esta es la incapacidad que tienen algunas personas de digerir el azúcar lactosa, que está presente en la leche y le da su sabor dulce. Esto ocurre debido a que no se cuenta con la enzima lactasa, que es la encargada de degradarla en el cuerpo.
Las personas intolerantes a la lactosa suelen presentar hinchazón abdominal, cólicos, flatulencias, náuseas y diarreas luego de consumir cualquier producto lácteo. Por lo general, los niños lactantes producen una gran cantidad de lactasa, que disminuye al ocurrir el destete.
Se ha observado que en algunos grupos étnicos como el 80% de los afro descendientes así como 90% de los asiáticos, la disminución es muy drástica. Por tanto, estos grupos suelen presentar un alto porcentaje de intolerancia a la lactosa.
También es frecuente que los niños nacidos prematuros presenten intolerancia a la lactosa y deban ser alimentados con leche libre de esta. Por regla general, esta intolerancia alimenticia se presenta en los niños a partir de los dos a tres años en las razas más susceptibles y a partir de los cinco años en niños de raza blanca.
Características de una dieta para la intolerancia a la lactosa
Las personas pueden mostrar distintos niveles de intolerancia a la lactosa, pero de forma general requieren disminuir o eliminar el consumo de lácteos. En la actualidad es posible conseguir leches que vienen deslactosadas o con bajo contenido de lactosa, que pueden ser bien toleradas.
Los lácteos fermentados como el yogurt, contienen menor cantidad de lactosa y pueden ser consumidos con moderación. Se deben evitar los quesos para untar, todos los lácteos enteros y revisar la etiqueta de los alimentos procesados.
Hay muchos alimentos como panes refinados, embutidos, mezclas para postres, aderezos y galletas que pueden tener cierto contenido de lactosa. También se puede encontrar en cierta proporción en la margarina y sopas tipo crema.
Al disminuir el consumo de lácteos, la persona intolerante a la lactosa debe aumentar la ingesta de otros alimentos ricos en calcio y vitamina D. Entre estos se encuentran los pescados de espina blanda como el salmón, hortalizas de hoja verde, brócoli, tofú nueces, y alimentos enriquecidos con calcio.
La vitamina D se encuentra también en el huevo y el hígado así como el aguacate, germen de trigo y los champiñones. Se puede consumir como sustituto parcial de la leche de origen animal, leche de soja o de almendras.
Por ello y a fin de evitar estos síntomas, es importante conocer qué alimentos están prohibidos para los intolerantes a la lactosa.
Lácteos
Obviamente, los intolerantes a la lactosa deben evitar los lácteos por su alto contenido en este azúcar. Aunque pueda parecer que la leche entera es la que más lactosa puede tener (5,8 g), el chocolate con leche (9,5 g), la leche condensada (9,5 g) y el helado de leche (7,8 g) son los que más contenido poseen.
Sin embargo, no consumir lácteos en la dieta puede llevar a insuficiencia de calcio, vitamina D, Vitamina A y proteínas. Por ello, es importante buscar sustitutivos con vitaminas y minerales. Espinacas, acelgas, cebolla, brócoli, huevo, sardinas, salmón, gambas, judías, garbanzos y frutos secos, entre otros, aportan grandes cantidades de calcio.
También es cierto que, algunos intolerantes a la lactosa pueden consumir productos derivados que han sido fermentados, como yogures y quesos, especialmente los curados. La razón es que, en este caso, los productos han sido fermentados por bacterias ácido-lácticas o cultivos lácticos que se comen gran parte de la lactosa que hay en la leche para llevar a cabo el proceso. Por lo tanto, los quesos frescos, como el de Burgos o el requesón, tienen más lactosa que los curados, como el parmesano o el roquefort.
Sin embargo, los fabricantes pueden añadir leche fresca y otros ingredientes al final del proceso productivo para mejorar su sabor y suavidad. Por lo que, deben comerse sin abusar y ver cómo sienta su digestión.
Pan
En general, en la fabricación del pan, incluso en el de molde, se añade lactosa para conservar su humedad y esponjosidad durante más tiempo. Este azúcar conserva también el sabor y ayuda a que se forme un color más atractivo durante la cocción y el horneado.
Además, facilita su consumo tardío, ya que evita la aparición y el desarrollo del moho durante más tiempo.
Para los intolerantes a este azúcar, existen una gran variedad de tipos de pan sin lactosa, como el de semillas de calabaza, que se puede comprar en cualquier supermercado. En algunas panaderías, también se venden panes especiales.
Además, es posible encontrar muchas opciones para hacerlos directamente en casa. Pero, en caso de que optar por panes procesados, leer el etiquetado resulta de suma importancia.
Sopas y salsas
También en las sopas de sobre o en los purés en polvo hay posibilidades de encontrar lactosa entre los ingredientes. El objetivo principal al añadir lactosa a estos productos es aprovechar su capacidad para potenciar el sabor para que resulten más atractivos para el consumidor. Con el mismo fin se incluye en las salsas para ensaladas o en las mayonesas.
Para los intolerantes, es muy importante mirar el etiquetado de alimentos como: cubitos de caldo, sopas de sobre, cocidos y otras conservas y caldos deshidratados.
Procesados cárnicos
Seguramente, una hamburguesa o una salchicha no parecen los típicos alimentos que podrían contener lactosa. Sin embargo, la industria cárnica la emplea para mejorar el sabor de los mismos.
Las carnes procesadas suelen tener sabores desagradables que son provocados por sales emulsionantes, fosfatos y otros compuestos que tienen un sabor amargo. Usar lactosa hace que estos productos tengan un sabor más atractivo para el consumidor.
Embutidos
Los fabricantes emplean lactosa en su elaboración, ya que sirve de fuente de energía para las bacterias ácido-lácticas que, a partir de los azúcares, producen ácido lácticos, reacción esencial en la elaboración de embutidos fermentados. Además, preserva alimentos secos, como el salami o el chorizo, y enmascara el sabor de la sal dando sabor.
Condimentos
Muchos condimentos usados para dar color a la comida o añadir sabor a la carne llevan lactosa. Este azúcar es usado por la industria alimentaria para evitar el apelmazamiento y asegurar una dispersión uniforme. Aunque también este azúcar sirve para potenciar el sabor y el aroma.
Barritas energéticas
Además de llevar frutos secos, frutas deshidratadas, miel y cereales, las barritas energéticas pueden llevar lactosa para mejorar su sabor. También ayuda a conservar el color con un coste menor que otros ingredientes.
Bebidas alcohólicas
La caseína y la albúmina (ambas proteínas de la leche) se utilizan tradicionalmente en la elaboración de vino, cerveza y otras bebidas alcohólicas. Estos agentes se usan para eliminar compuestos orgánicos de las bebidas, como sulfitos, aumentar su transparencia y mejorar su sabor. En el caso de la cerveza, se añade directamente lactosa para hacerla más dulce y darle cuerpo, especialmente en cervezas negras.
Además de vinos y cervezas, hay otras bebidas que pueden contener leche como los licores de crema o cócteles, como la piña colada. El alcohol es un irritante gastrointestinal que, para un intolerante, puede provocar todavía más molestias intestinales en el caso de sufrir una reacción. En casos de personas con alto grado de intolerancia, se recomienda excluir estas bebidas por completo.
Dulces, caramelos y bolleria
Si bien en la pastelería existen dulces que pueden contener mantequilla en su elaboración, en la bollería industrial se usa ampliamente y no solamente por ser un ingrediente que mejora el sabor, sino para mejorar su textura, aroma y masticabilidad.
Lo mismo pasa con los caramelos que, además, es un ingrediente más barato como conservador del color.
Pasta de dientes
Aunque no se trata de un alimento, las pastas de dientes y los cosméticos (como el pintalabios) pueden contener lactosa en su composición. Sin embargo, la cantidad en estos productos es mínima y no suelen ser ingeridos.
Medicamentos
Las personas muy sensibles a la lactosa, también deben tener en cuenta que los medicamentos pueden contener lactosa entre sus excipientes para dar sabor, facilitar la conservación y la administración. Si es el caso, entre los componentes del medicamento, se puede leer el contenido.
Aditivos con lactosa
También es importante conocer los aditivos con lactosa para poder entender las etiquetas de los alimentos. Deben evitarse los siguientes ingredientes: lactosa, monohidrato de lactosa, azúcar de leche, sólidos lácteos, lactitol (Eg66), suero, suero de leche o suero láctico, suero en polvo, cuajo animal y grasas de leche.
Además, los siguientes aditivos también pueden causar intolerancias: ácido láctico (E270), lactatos (E315, E316, E327), lactato ferroso (E585), ésteres lácticos (E472B), lactilatos (E481, E482), glucono delta lactona (E575), proteínas de leche, caseína, caseínatos, lactalbúmina y lactoglobulina.